Cuando se comienza a practicar Yoga, existen rutinas básicas y un conjunto de movimientos llamados Asanas, que pueden ser realizados en cualquier momento del día.
Los primeros movimientos que se aprenden son el Saludo al Sol (Surya Namaskaram) y el Saludo a la Luna (Candra Namaskaram).
El Saludo a la Luna es una secuencia de movimientos continuos que abarca quince posiciones que se relacionan con el llamado THITI que es el crecimiento y posterior decrecimiento que realiza la luna.
Esta secuencia de quince posiciones se debe efectuar a los dos lados tanto derecho como izquierdo, siendo importante practicarlo con dinamismo y naturalidad , además de sincronizar el ritmo de la respiración con cada movimiento.
Las series deben realizarse estando concentrados, alertas, relajados y flexibles, manteniendo el equilibrio sobre un solo pie en todas las posiciones.
Al hacerlo de forma frecuente y correctamente estos ejercicios proporcionan fuerza física, mental y espiritual. Para ello, la sincronización del cuerpo y la respiración son la clave para sentir el flujo de la energía (Prana), ya que se trata de una práctica marcial y también espiritual.
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