viernes, 15 de junio de 2012

POSTRACIONES TIBETANAS


Las postraciones: El yoga chikung de la humildad


Las postraciones budistas nacieron en los monasterios budistas como una forma de yoga o gimnasia para fortalecer y flexibilizar el cuerpo y, especialmente, las articulaciones y la espalda; era una forma de Chi Kung.
No obstante, los monjes se dieron cuenta, de que, haciendo postraciones, las emociones de la ira, el enfado, el orgullo y la lujuria se calmaban, además de sentir su cuerpo más fuerte y flexible.

Las postraciones son un importante acto de respeto hacia el buda, el dharma y la sangha, que constituyen las tres joyas. Son un antídoto contra el orgullo y es una forma de acumulación de mérito.
Cuando se realizan postraciones, debe tenerse presente que se realizan frente a todos los budas (cuerpo, palabra y mente) y frente a todos sus hijos espirituales (bodisatvas).




Las postraciones son algo especialmente importante en cuanto a la generación de méritos, es decir de karma positivo. A menudo, las peregrinaciones a los sitios sagrados del budismo se realizan viajando a pie, alternando tres pasos andando y una postración completa, recorriendo cientos o miles de kilómetros tirándose al suelo y volviéndose a levantar, para seguir postrándose una vez en destino, como los muchos peregrinos que llegan cada día a Bodghaya, el lugar donde el Buda alcanzó el Nirvana.

La postración consta de dos partes: El saludo y la postración en sí. El saludo consiste en hacer el mudra de salutación o devoción (uniendo las manos palma con palma, con los pulgares juntos bajo los índices). Con las manos así unidas, visualizamos que del Buda que tenemos delante surgen 34 rayos de luz, que representan a los otros 34 budas, y se colocan en la coronilla, la frente, la garganta (o la boca) y el corazón:

* Unir las manos sobre la coronilla: Representa la aspiración que tenemos de llegar a ser budas, simbolizando la upsnisha, la protuberancia que tienen en la cabeza.
* Unir las manos sobre la frente: Una luz blanca surge en la frente del Buda hasta la tuya, purificando el karma de haber actuado mal con nuestro cuerpo (robado, matado, tenido una sexualidad inapropiada).
* Unir las manos sobre la garganta o la boca: La luz que nos impregna purifica el karma de haber hablado mal (mintiendo, cotilleando, insultando o hablando con dureza).
* Unir las manos sobre el corazón: La luz, que ahora es azul, purifica los malos pensamientos (envidia, maldad, visión incorrecta del Dharma).






2 comentarios:

  1. Justo lo que necesitaba saber. Muchas gracias.

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    1. Gracias a tí, Cristian, me hace feliz saber que esta información te ha servido. Un abrazo de luz.

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